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Catequistas de las parroquias de Alcuéscar, Almoharín, Montánchez, Sierra de Fuentes, Torre de Santa María, Torremocha, Torreorgaz y Valdefuentes participaron el 27 de Febrero en una Jornada de Formación y de Retiro sobre la Celebraciones con Niños en Torremocha, dirigida por Roberto Rubio Domínguez, delegado episcopal de catequesis.
Convocados por la coordinadora de catequesis, el encuentro comenzó a las 10 con la oración y que situó a los asistentes en la presencia del Señor y en el ambiente del Sínodo Diocesano y en el campo propio de la Catequesis.
En cuanto a la formación, el delegado explicó las seis tareas necesarias en toda catequesis: conocimiento de la fe (una fe conocida), la Liturgia (una fe celebrada), la formación moral (una fe vivida), enseñar a orar (una fe orada), el Sentido comunitario (un fe eclesial) y la iniciación en la misión (entusiasmados y alegres, con esto el Espíritu Santo hará el resto). Además advirtió dos peligros en la Celebración: no son un teatro y no son para lucirse. Y por supuesto destacó los dos pilares imprescindibles: la centralidad de Cristo y la centralidad de la Palabra de Dios.
“Las celebraciones litúrgicas son momentos esenciales que pretenden introducir en el misterio de Cristo, procediendo de algo visible a lo invisible; del signo al significado”, destacó Roberto Rubio.
En el Retiro de la Cuaresma, los catequistas profundizaron y reflexionaron sobre el Año de la Misericordia, partiendo del cartel que presenta al Buen Pastor que carga con una persona herida y que el Papa Francisco describe como la Gran Parábola de la Misericordia: El buen samaritano (Lc 10,25-37)
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