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Con inmensa alegría, gozo y paz, frutos del Espíritu Santo, las Comunidades monásticas de Santa Clara de nuestra Diócesis de Coria-Cáceres han celebrado el jueves, día 11 de agosto de 2011, los 800 años de la fundación de su Orden.
Realmente, un acontecimiento de tan alto significado histórico, teológico y eclesial pedía que se celebrara con toda solemnidad en la Santa Iglesia Concatedral de Santa María de Cáceres. Y así fue con la gracia de Dios.
La celebración solemne del Novenario dedicado a Santa Clara en los dos Conventos de nuestra Ciudad de Cáceres: el de Santa Clara y el de San Pablo, se ha visto coronada por una solemnísima Concelebración Eucarística presidida por nuestro Obispo Mons. D. Francisco Cerro Chaves, al que acompañaban dos Obispo de Filipinas y otro de Brasil que, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, se encuentran entre nosotros. Junto a ellos participaban los Padres Franciscanos del Monasterio de Guadalupe, del Colegio San Antonio de Padua y de la Comunidad de Novicios franciscanos y otro Padres franciscanos. También concelebraron el Vicario General y Deán de la Catedral, y otros Sacerdotes de nuestra ciudad.
Como dato muy significativo estaban presentes en la Concatedral las monjas de ambas comunidades contemplativas, que habían salido de sus Monasterios, que forman parte entrañable, histórica, artística y cristiana de nuestra hermosa ciudad de Cáceres. ¡Queridas hermanas! Sabed que la ciudad os quiere mucho. Rezad por nosotros. Gracias.
Participaron también las autoridades civiles y militares de nuestra ciudad, la Ilma. Alcadesa de Cáceres y miembros de la Corporación Municipal. Asistieron, además miembros de otras Comunidades de Religiosos y Religiosas de Cáceres, así como los miembros de la tercera orden franciscana seglar, y muchos cristianos y cristianas. ¡Gracias a todos y a cada uno!
El Sr. Obispo puso de relieve en su hermosa homilía la naturaleza del carisma clariano constituido por la contemplación, la pobreza y la minoridad (humildad); en segundo lugar invitó a todas las hermanas presentes en la Concatedral -16 de cada convento- a que vivan lo que realmente son y no se pierdan en búsquedas innecesarias y estériles; y en tercer lugar les rogó que dieran gracias al Padre por Cristo en el Espíritu Santo por el don de la vocación monástica que han recibido y les exhortó a que la vivan con autenticidad todos los días de su vida y perseveren todos los días. “¡Así seréis felices!”.
En la procesión de ofrendas, un grupo de monjas procedentes de Kenia interpretaron una danza–procesión típica de su tierra. Este gesto hermoso nos muestra la inculturación de la fe.
Queremos resaltar también que es un milagro de la gracia de Dios que en nuestros Conventos vivan como hermanas jóvenes consagradas a Dios procedentes de Europa (España), América (Colombia), África (Kenia) y Asia (India), distinta raza, lengua, etnia… Ciertamente, Dios hace vivir como hermanas a todas…
La Eucaristía, sacramento de la muerte y resurrección de Jesucristo, terminó con la veneración de las reliquias de Santa Clara.
Agradecemos a nuestros Obispos su presencia entre nosotros y pedimos al Señor que los ilumine siempre en el ejercicio de su ministerio episcopal en tierras de Brasil, de Filipinas y de España.
Terminada la celebración eucarística, nuestros obispos se trasladaron con toda rapidez y urgencia al Pabellón Multiusos de nuestra ciudad donde eran esperados con verdadera ilusión para proceder a la recepción oficial de los jóvenes venidos de otros países.
¡La Iglesia tiene un corazón inmenso, como Madre nuestra que es. Caben en la Iglesia todos los hombres y mujeres del mundo. La Iglesia es la nueva humanidad nacida en las aguas bautismales, alimentada en la Eucaristía y fortalecida con la unción del Espíritu para la nueva evangelización.
Desde estas líneas, damos ya la bienvenida más cordial y gozosa a su Santidad Benedicto XVI, deseándole de todo corazón que su estancia entre nosotros sea portadora de gracia y de esperanza para todos.
¡Santo Padre! Cuente con nosotros para el servicio de Cristo y del Evangelio ¡Que Dios le bendiga ahora y siempre!
Florentino Muñoz
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