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La Delegación de Infancia y de Juventud de nuestra Diócesis ha preparado a los jóvenes: Clara, Castillo, Alberto y Sole, durante todo el curso para esta Consagración a la Virgen de toda su vida. 
El día 11 de junio, nuestro Obispo D. Francisco Cerro fue testigo de esta Consagración a la Virgen en la CelebracioÃÂn de la Misa Joven en la Ermita de la Paz. 
¿QueÃÂ es consagrarse a la Virgen? Es un acto mediante el cual nos ofrecemos totalmente a la SantiÃÂsima Virgen MariÃÂa. Le confiamos todo nuestro ser: nuestros sentidos, nuestro cuerpo, nuestra alma. ¿Para queÃÂ? Para que Ella nos guiÃÂe, nos ilumine y nos proteja. Para que Ella pueda unirnos maÃÂs estrechamente a Dios. Para que Ella pueda cuidarnos maternalmente. La persona que se consagra a la Virgen crea un profundo lazo espiritual con Ella. Gracias a este lazo la Virgen ve a la persona consagrada como algo suyo, que le pertenece, y procura protegerla y ayudarla en todo momento. La consagracioÃÂn es, pues, una entrega amorosa a MariÃÂa, un abandono confiado en sus manos. 
¿Por quéàconsagrarnos al Inmaculado Corazón? Porque el Corazón de MariÃÂa, que es todo puro, sin ningún pecado (de ahí que se le llame Inmaculado) es el símbolo más perfecto de su inmenso amor hacia nosotros. Y la consagración es fruto y efecto del amor: nos entregamos amorosamente a MariÃÂa y Ella, como pago a nuestra generosidad, también promete darnos todo su amor y cuidarnos durante nuestra vida terrena. 
Damos las gracias a estos jóvenes por su Sí a María y entrega total 
Fernando Alcázar  
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