La catequesis, es decir,  cómo hacer resonar el mensaje de Jesús en los destinatarios, fue el tema que don Roberto Rubio expuso al Seminario Mayor la tarde del lunes 20 de febrero. Junto a él pudimos recorrer un panorama de los retos que plantea nuestra práctica catequética actual. Aspectos como el momento presente, los lugares tradicionales de la transmisión de la fe – familia, escuela, parroquia-, así como los recursos, los agentes y los catecúmenos, se trataron desde una perspectiva en la que, sin negarnos a la realidad, suponen  mirar y actuar con esperanza.

Es cierto que hay  graves dificultades en la transmisión de la fe. Pero es igualmente cierto que el Señor no abandona su Iglesia y que ésta, ayudada por el Espíritu Santo, puede, no sólo debe, proponer el kerigma a todos los hombres. Vivimos, como nos indicaba el Papa Francisco un cambio de época; tiempos recios, como diría la santa de Ávila, que nos sacan de nuestro confort. Pero es también un tiempo de esperanza, en el que las dudas, los fracasos, han de dar paso a la valentía de los ensayos, de los nuevos modos de proponer la fe, para recibir como frutos la conversión de las personas a las que, a través de los catequistas, se les ofreció un encuentro con Cristo.

No podemos olvidar que nuestro tiempo es tiempo de misión, por ello estamos obligados a repensar la catequesis, orar y programar las propuestas y, desde la sencillez y la humildad de los que no se apoyan en sus propias fuerzas, vivir con esperanza los nuevos tiempos de la transmisión de la siempre es la Buena y nueva noticia. 

Flores Hisado Becerra