Al amparo de la Virgen Inmaculada, se ha celebrado en Coria- Cáceres su cursillo 154. En él, diecisiete nuevos cursillistas se han encontrado con Cristo en una experiencia siempre nueva como es la alegría de evangelizar que se vive en cada uno de nuestros cursillos. Con este cursillo 154 se va haciendo realidad el sueño de nuestro obispo, D. Francisco Cerro Chaves, de renovar el Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la diócesis. Al ser el tercero de la nueva etapa iniciada en febrero de 2013, ya se ha podido ofrecer a los nuevos cursillistas una red de reuniones de grupo para su vivencia del 4º día, al tiempo que se les invita a participar en la ultreya diocesana.

La clausura, celebrada en la tarde del día ocho, contó con la presencia de nuestro pastor, Don Francisco, quien, como muchos otros hermanos cursillistas y de otras comunidades (en especial de la vida consagrada), ha hecho palanca activa por nuestro cursillo ante el Santísimo. Y se ha notado. La ilusión y la alegría del Evangelio regresa, tras estos tres días de vivencia y convivencia de lo fundamental cristiano, a tierras de Talavera, de Mérida, de Cáceres y de Gata. Cristo se ha encontrado con nosotros en una rica experiencia eclesial, en la que han participado las diócesis extremeñas a través  del apoyo del Grupo Interdiocesano y en la que también hemos contado con la presencia de la diócesis hermana de Toledo, viviendo y sintiéndonos Iglesia.

Y siguiendo en camino, gritando ¡ultreya!, más allá, en la marcha de renovación de nuestra Iglesia diocesana, en Sínodo, aportando la vida y la renovación que el Movimiento de Cursillos puede ofrecer a la Extremadura del siglo XXI, contando con su obispo y con la gracia de Cristo. ¡De colores!