El sábado (10 de junio) como estaba previsto en nuestro calendario de inicio de curso, todos los catequistas que dijeron Sí a esta nueva aventura vivimos una jornada muy especial en Toledo, la “ciudad imperial y de las tres culturas”, ya engalanada para vivir el Corpus Christi.

Hubo tiempo para la convivencia, la cultura, la espiritualidad y la formación. Juntos reflexionamos sobre tres pilares en la identidad de un catequista: ser, saber, saber hacer. La visita guiada por Toledo y la Eucaristía en el Convento de San Antonio de Padua, pusieron el broche de oro a una jornada inolvidable.

Tuvimos también un recuerdo muy especial y nuestra oración por todos los catequistas de nuestra Diócesis, que por diversas circunstancias no pudisteis estar con nosotros. Siempre unidos, siempre hermanos. Que paséis un feliz verano, seguimos unidos en la transmisión de la fe y en nuestra ilusionante tarea catequética. ¡Adelante, siempre adelante!.

Roberto Rubio Domínguez. Delegado Diocesano de Catequesis