¡Queridos hermanos en el Señor!

La celebración del XXV aniversario de vuestra Casa de Cáceres  es para mí, como Obispo de esta Diócesis de Coria-Cáceres, motivo  y  razón para enviaros esta carta portadora de mis mejores deseos de paz y felicidad, de gracia y de bendición  para todos vosotros y para los que atendéis.

Quiero ante todo dar gracias al Padre que  os ha traído a nuestra ciudad de Cáceres, en estas tierras de la Alta Extremadura y a nuestra Diócesis, que os han acogido con  profundo amor y gratitud, que os acompañan como a hermanos queridos y que siempre esperan de vosotros lo mejor que sois y tenéis como don y regalo del Espíritu Santo para el servicio de los necesitados.

La Cruz Blanca que lleváis en vuestro hábito religioso es señal  de vuestro amor que os lleva a entregar vuestra vida, como el Señor Jesús, por todos, especialmente por los más necesitados. Esa cruz os conduce a la gloria de la resurrección  con Jesucristo.

Deseo vivamente ofreceros nuestro agradecimiento por  vuestro servicio gratuito y generoso a tantos hermanos nuestros que en dificultades y sufrimientos, en debilidades y limitaciones,  que se han acercado a vosotros, han llamado a las puertas de vuestra casa y han tocado vuestro corazón. Los habéis acogido con entrañas de misericordia y de ternura y los servís con profundo amor y  caridad.

En nombre de toda la Diócesis quiero  reconocer y agradecer vuestro trabajo callado y vuestra entrega generosa al servicio de los más necesitados. Nos impresiona siempre el amor con que los tratáis y  la fraternidad con que los acompañáis. Estoy completamente seguro de que  descubrís en ellos al mismo Jesucristo y, por eso, los miráis, les habláis, los curáis, los tomáis  con gestos que  son signos claros de la Misericordia del Padre manifestada en Jesucristo, rostro de la misericordia del Padre para todos, y  que el Espíritu Santo infunde en vuestros corazones y que hacéis visible como “sacramentos de la misericordia del Padre” para todos los acogidos... 

Os llevamos muy dentro de nosotros. Estáis siendo expresión viva de la Iglesia pobre que opta por  ser servidora y no dominadora, acogedora y no excluyente, samaritana y no indiferente ante el sufrimiento de los demás, solidaria con los empobrecidos, los desvalidos, los  heridos…

En este XIV Sínodo  Diocesano, que por gracia de Dios estamos celebrando, vosotros estáis presentes, siendo uno de los rostros vivos y auténticos del contenido de  la ponencia “el compromiso social y caritativo de la Iglesia en la sociedad  actual”.  

Recibid nuestra felicitación gozosa, nuestro agradecimiento sincero y nuestra oración fraterna  al Señor a la vez que os confiamos a la intercesión de San Francisco.

Os bendigo de todo corazón

Cáceres 14 de junio de 2016

Francisco Cerro Chaves. Obispo de Coria-Cáceres