Los días 1 de febrero, en la Concatedral de Cáceres, y 2 de febrero, en la Catedral de Coria, la CONFER de Coria-Cáceres celebró la Jornada de la Vida Consagrada con dos Eucaristías, presididas ambas Celebraciones por el obispo de la Diócesis: D. Francisco Cerro Chaves, con gran solemnidad y con la participación de numerosos religiosos y religiosas, pertenecientes a las Órdenes, Congregaciones, la hermanas Contemplativas, Institutos Religiosos de Vida Apostólica, los miembros de los Institutos Seculares y de Nuevas formas de Consagración, el Orden de las Vírgenes, con presencias en la Diócesis. También participaron numerosos hermanos laicos, en el marco de la Fiesta de la Presentación del Señor, donde fuimos invitados al agradecimiento sincero por nuestra vocación consagrada, suscitada en la Iglesia como una luz que el Padre ha puesto en el candelero, para que alumbre a todos los de la Casa. Asimismo se nos invitó a tomar conciencia de que hemos sido llamados por la misericordia de Dios, a hacer presente en este mundo el Amor del Señor, en la diversidad de carismas y en las distintas formas de consagración que ponen de manifiesto la múltiple gracia con que el Dios Trinitario ha querido adornar y embellecer a su Iglesia, así como a "mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y el futuro con esperanza".

Después de la Homilía de D. Francisco, donde nos invitó a seguir siendo fieles a nuestra vocación "porque somos de Dios, somos de la Iglesia y somos de los Pobres, y una riqueza en la Iglesia y su Diócesis", renovamos nuestro particular seguimiento de Cristo pobre, casto y siempre obediente al Padre, en presencia de la Iglesia.

En el momento de las ofrendas presentamos como símbolos de nuestra fe y entrega al Servicio del Reino: la Regla, Constituciones y el distintivo de nuestras Órdenes, Congregaciones e Institutos, y el pan y el vino, con los que celebramos que el Señor se quedó con nosotros y en torno a ellos construimos fraternidad. Fueron acercados al altar en medio de una danza por las religiosas contemplativas.

La eucaristía se celebró en ambiente festivo: Los cantos y la música fueron dirigidos por religiosas con guitarras y timbales, y seguidos por todos los asistentes.Concluimos la Eucaristía con un canto a la Virgen e hicimos un merecido y emotivo homenaje a los Consagrados y consagradas de 80 o más años por su entrega generosa de tantos años al Señor, a la Iglesia y a los hermanos.  Se les hizo entrega a modo de reconocimiento de un icono de la Virgen