| 
				 
 
El pasado domingo 16, la comunidad parroquial  de Casar de Cáceres  vivió con  mucho gozo el acto de entrada  de su nuevo  párroco D. Roberto Rubio, esperado con alegría por quienes ya lo conocían y  querían, con  ilusión y curiosidad por quienes aún no lo  conocían. 
El inicio de su ministerio parroquial tuvo  lugar en la eucaristía, presidida por el Sr. Obispo. En el templo encontró la  calurosa acogida de su nueva comunidad parroquial  y muchas personas  de otras  parroquias que deseaban expresarle su cariño y cercanía. También estuvo arropado  por su querida familia, así como un nutrido grupo de sacerdotes, que quisieron  compartir este acto tan especial. Entre ellos nuestro arcipreste D.Juan Manuel y  su predecesor, D. Ceferino, muy unido al pueblo por sus largos años entre  nosotros. 
En la homilía, D.Francisco, además de  transmitir su cercanía con el pueblo, dibujó las características de todo buen  sacerdote, destacando la importancia de ser un hombre de oración, que viva lo  que predique y que sea un hombre de comunión con todos, especialmente los más  necesitados de la atención pastoral. 
Se vivieron de modo especial los distintos  gestos litúrgicos propios de esta misa de inicio, donde el Obispo, como pastor  de la diócesis hizo entrega, al nuevo párroco de los lugares que representan el  Ministerio pastoral del sacerdote: sede, pila bautismal, confesionario,  sagrario. La participación de la comunidad se materializó a través de la  presencia de miembros de todos los grupos parroquiales en la realización de  moniciones, lecturas, preces, etc. Y para ayudarnos a vivirla más plenamente y  resaltar la belleza de toda la liturgia, participaron los dos coros, que nuestra  parroquia se enorgullece de poseer. 
Al final, D. Roberto nos dirigió sus  primeras y emotivas palabras, como párroco de Casar de Cáceres, donde manifestó  su profundo deseo acercarse a todos los casareños, desde los más jóvenes hasta  los mayores, a los cercanos y muy especialmente a los alejados e indiferentes  con la Iglesia, que fueron acogidas con una gran ovación. 
Seguidamente, en ambiente de fraternidad,  continuó la fiesta de acogida en los salones parroquiales. A nuestro nuevo  párroco le tenían reservada una sorpresa, un grupo de jóvenes de catequesis le  ofreció a D. Roberto, una actuación musical, que disfrutamos todos. Y  acto  seguido compartimos una comida preparada con mucho cariño por todos los grupos y  miembros de nuestra parroquia. 
Damos gracias a Dios, por  habernos permitido vivir con nuestro obispo y nuestro nuevo párroco este acto de  auténtica expresión comunidad eclesial. Le pedimos la ayuda del Espíritu Santo,  para que, con nuestro párroco a la cabeza, seamos una parroquia que viva y  transmita el Evangelio vivo De Cristo en medio de todas las dificultades. 
  
                           
            Juan  Carlos Moro 
 
                 |