No ha sentado muy bien la noticia del cierre de la comunidad de Apostólicas de Moraleja. A pesar de lo difícil que ha sido tomar la decisión, finalmente se han tenido que hacer reajustes en la congregación. Ahora, cuando la gente habla de las Apostólicas, lo hace con cariño, con nostalgia y con agradecimiento. Y aunque se marchan de Moraleja, quedarán en los moralejanos.

Han sido treinta y cinco años de presencia, de trabajo, de cercanía, de consuelo, de ánimos, de consejos. Por ello, Ángel Maya quiere agradecer a Teresa, Mara y Carmen su servicio: “que Dios os pague vuestra consagración. Que Dios premie vuestra entrega. Que Dios os cuide en vuestras futuras comunidades donde sois necesarias y os haréis querer. Que Dios y sus hijos están en todas partes. En nombre de esta comunidad cristiana: nunca os diremos adiós, pero siempre os diremos gracias”.

Ángel Maya