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Los sábados de noviembre, día 20 en Montehermoso, y día 27 en Montánchez, los distintos grupos de las Cáritas parroquiales se reunían en Montehermoso y en Arroyomolinos, respectivamente, para asistir al encuentro de formación, con el título: “Familia y acción socio-caritativa”. Don Ramón Piñero Mariño, Delegado de Familia y Vida, desarrolló magníficamente la primera ponencia. La familia —decía— en la transmisión de la fe a los hijos, ha de favorecer la fe; esto es, “el encuentro personal y transformador con Cristo”. La fe que crece, se desarrolla y madura en la comunidad cristiana, la Iglesia; por eso la importancia de la asistencia, en familia, a la Misa dominical. Hay que tener gestos creyentes en el hogar, rezar juntos, bendecir la mesa a la hora de la comida... Hoy también es válido el viejo aforismo: “la familia que reza unida, permanece unida.” Educar en la fe y en los valores cristianos no debe angustiar a los padres, ya que “educar es transmitir lo que se lleva en el corazón.” La mejor acción social-caritativa de la familia es hacer buenos cristianos que transmitan a la sociedad la fe, la esperanza y la caridad.
Doña Olga Salado, Técnico Diocesano del Programa de Familia, nos presentó cómo se está llevando a cabo este programa de familia que imparte Cáritas en Valdefuentes y Montehermoso. Vivimos una época de creciente crisis —nos decía—, y no sólo económica, en la que “han caído los valores de la sociedad, porque han caído antes la influencia de la familia.” En cuanto a la crisis de trabajo y dinero, Cáritas ayuda cada vez más a familias que llamamos “normales”, que vienen pidiendo, no sólo alimento o el pago de un recibo de la luz, también ayuda para la hipoteca o el alquiler de la vivienda, educación. En España Cáritas atiende a un millón de familias.
Después del trabajo en grupo y su puesta en común, una comida compartida, amena y fraterna, puso término al encuentro.
Luís-Vidal Arias Moreno y Teresa Alvarado Rubio
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