La Iglesia, a través de las comunidades parroquiales y demás comunidades eclesiales, está siendo un elemento clave e indispensable en estos tiempos de crisis, tanto económica como de valores. Así, tal y como indica el señor obispo en la carta que presenta el cuadernillo “Nuestra Iglesia” que se distribuye en estos días, “Sentirnos Iglesia es vivir conforme al anuncio de la Buena Noticia que nos invita a transformar nuestras vidas (y por tanto, nuestra sociedad) porque Dios nos ama”.

Por esta razón, el día de la Iglesia Diocesana nos llama a hacer una profunda reflexión sobre nuestro compromiso en nuestra diócesis y, en particular, en nuestra comunidad parroquial. Es, en definitiva, una llamada a la corresponsabilidad de los fieles con su comunidad, como una forma de agradecer a Dios los dones recibidos de Él.

En consecuencia, se realiza una invitación a ayudar a nuestra comunidad parroquial o eclesial en tres sentidos. Debemos compartir nuestro TIEMPO, estar presentes y disponibles en nuestra comunidad para las necesidades que pueda tener. Debemos aportar nuestras capacidades, nuestro TALENTO, ofreciendo a la comunidad nuestros conocimientos, habilidades y el buen hacer que tenemos, tanto a nivel profesional como doméstico. Por último, también se nos pide ser corresponsables a nivel material, compartiendo, en la medida de las posibilidades de cada uno, nuestros bienes, nuestro TESORO, con la comunidad.

Tiempo, talento y tesoro serán los aportes que permitan que nuestra Iglesia, en particular la Diócesis de Coria-Cáceres, siga siendo agente de cambio en nuestra sociedad, ayudando y acogiendo a los que más lo necesitan para crear una sociedad más justa y solidaria, una sociedad que sea reflejo del Reino de Dios en nuestras vidas.

Ginés Rubio Lacoba, Administración diocesana