|
Siguiendo la tradición de todos los años, en la tarde del Domingo de Ramos nos dimos cita, los sacerdotes y catequistas del Arciprestazgo de Montánchez, para testimoniar nuestra fe, nuestra esperanza y amor a Cristo, Muerto y Resucitado. Esta vez el lugar escogido para dicho encuentro ha sido el pueblo de Torre de Santa María.
Las estaciones del Vía-Crucis, preparadas previamente por los catequistas de los distintos pueblos, nos invitaron a caer en la cuenta de que nuestra mirada y nuestro corazón deben de permanecer fijos en este misterio y desde esta mirada.
Meditar en la muerte y resurrección de Cristo es apostar por la vida, defenderla; no podemos dejarnos ahogar y sumergir en las olas de la cultura de la muerte. Somos el pueblo de la Pascua y de la Vida, y en el nombre del Señor resucitado es preciso clamar, vivir y testimoniar que nuestro Dios no es un Dios de muertos sino de vivos.
Finalizamos con la suelta de globos por los niños del pueblo junto a la imagen de Jesucristo Resucitado delante de la puerta de la iglesia parroquial cuyas campanas repicaban a gloria que anunciaban la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Gracias al párroco D. David, catequistas y gentes del pueblo que tan bien habían preparado las calles, pancartas y botellines de agua, pero sobre todo por su cercanía y acogida para todos.
Teresa Alvarado Rubio
|