Aún no salimos de la experiencia vivida en esta semana santa 2012. Son mil cosas las que se agolpan en la mente: historia de la zona de Ladrillar y Casares, experiencias con la gente, necesidad de Cristo en todos (cada uno a su modo), juegos con los niños, acercar a Cristo a cada casa, mas de 30  celebraciones, testimonios creíbles de Fe de un matrimonio mejicano, catequesis con los niños venidos en vacaciones, visita al Cottolengo, la fabulosa vigilia pascual donde cada alquería portó su cirio pascual... Tantas y tantas cosas que han hecho posible que renazca la Vida en estos pueblos sobre los que la familia misionera lleva sembrando durante 7 años.

Agradezco a todos y a cada uno el amor que habéis mostrado en este año una vez más. Indudablemente  fue una Semana Santa diferente celebrada por el mismo Cristo en todos los pueblos de Hurdes altas.

Ángel Luis Lorenzo